Algunas de sus aplicaciones más comunes incluyen:
- Espesar salsas y sopas: Se disuelve en agua fría antes de añadirlo a las preparaciones calientes para evitar grumos.
- Repostería: Se utiliza en la elaboración de postres, como pudines y cremas, y también puede ayudar a que los pasteles queden más ligeros.
- Rebozados: Se puede mezclar con harina para obtener una cobertura más crujiente al freír.
- Galletas y bizcochos: A menudo se añade para mejorar la textura y la suavidad.
Además, el almidón de maíz es libre de gluten, lo que lo hace ideal para recetas
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